28011 Madrid

tel: +34  626 958 363

jmquesada.ieha@gmail.com

GABRIEL DE LA CORTE – Flores en jarrón de metal dorado y periquito

GABRIEL DE LA CORTE (MADRID, 1648- MADRID, 1694)
Flores en jarrón de metal dorado y periquito.
Óleo sobre lienzo. Medidas: 45 x 63,5 cm.
Firmado y fechado: Gabriel de la/ Corte fbt. Aº/1690.
Certificado de autenticidad a cargo de Ismael Gutiérrez Pastor, expediente nº 002/2007 (8 de enero de 2007)

 

Hijo de Lucas de la Corte, y no como se pensaba anteriormente de Francisco de la Corte, pintor y hermano del todavía más conocido Juan de la Corte, pintores de origen flamenco establecidos en Madrid. A día de hoy, no sabemos con seguridad si existía algún vínculo de parentesco entre este maestro y los ya citados.

Se especializó en pintar flores, tanto sueltas y arracimadas sobre un elemento decorativo, un modillón por ejemplo, o formando una guirnalda, pero, sobre todo, recogidas en un jarrón, puesto encima de una mesa, de una repisa, o cualquier otro espacio. A veces inserta, como en este caso, otros elementos que amenizan la composición como el loro que se apoya en la basa de la izquierda de esta composición.

Casi toda la obra conocida de Gabriel de la Corte son cuadros de flores, género en el que se especializó. Junto a Juan de Arellano, José Arellano, Bartolomé Pérez y Francisco Pérez Sierra, son los maestros conocidos que fueron el punto de partida de esta especialidad en la pintura madrileña de la segunda mitad del siglo XVII. El género de las flores nace en Madrid como prolongación del interés por estos cuadros que tenía la sociedad madrileña como consecuencia de la importación de obras similares procedentes de Italia, Nápoles sobre todo, y Flandes.
Gabriel de la Corte es uno de los más audaces del grupo. Excelente pintor de flores, gusta de utilizar mucho empaste y una pincelada más ligera y suelta. Asimismo, confiere un movimiento y una agitación en cada una de sus flores, en los tallos combados o los pétalos que se retuercen muchas veces sobre sí mismos, que sirven para que tengamos la sensación de que cada una de las flores es mecida por una brisa que sobrevuela la composición. Es uno de los más dinámicos y movidos y quien más avanza en la línea de lo que se venía haciendo también en Flandes e Italia.

Este es el caso de las flores introducidas en un jarrón de bronce en el que en su superficie se garabatean una serie de dibujos ornamentales: un florero que se contrapone al espacio dominado por el ave. Es más que probable que tuviese una pareja que hiciese “contraposto” con el que presentamos.

 

|| SOLICITAR INFORMACIÓN

Photographer:

Ieha2

Date: