Los rostros ovalados de ambos personajes son característicos del arte flamenco del siglo XV. Muy cercana formalmente a las conocidas Vírgenes de Malinas, ciudad tradicionalmente conocida por haber tenido muchos talleres de escultura en madera policromada que divulgaron sus prototipos y modelos por toda Europa. Llama la atención que en la policromía original que se conserva el artista pintara en tonos rubios los cabellos de ambas imágenes sagradas. En Castilla, gozaron de una amplia difusión.